Arrebatadamente te persigo.
Arrebatadamente, desgarrando
mi soledad mortal, te voy llamando
a golpes de silencio. Ven, te digo
como un muerto furioso. Ven. Conmigo
has de morir. Contigo estoy creando
mi eternidad. (De qué. De quién.) De cuando
arrebatadamente esté contigo.
Y sigo, muerto, en pie. Pero te llamo
a golpes de agonía. Ven. No quieres.
Y sigo, muerto, en pie. Pero te amo
a besos de ansiedad y de agonía.
No quieres. Tú, que vives. Tú, que hieres
arrebatadamente el ansia mía.
POESÍA 2
Cuerpo tuyo
Esa tierra con luz es cielo mío.
Alba de Dios, estremecidamente
subirá por mi sangre. Y un relente
de llama, me dará tu escalofrío.
Puente de dos columnas, y yo río.
Tú, río derrumbado, y yo su puente
abrazando, cercando su corriente
de luz, de amor, de sangre en desvarío.
Ahora, brisa en la brisa. Seda suave.
Ahora, puerta plegada, frágil llave.
Muro de luz. Leve, sellado, ileso.
Luego, fronda de Dios y sima mía.
Ahora. Luego. Por tanto. Sí, por eso
deseada y sin sombra todavía.
Alba de Dios, estremecidamente
subirá por mi sangre. Y un relente
de llama, me dará tu escalofrío.
Puente de dos columnas, y yo río.
Tú, río derrumbado, y yo su puente
abrazando, cercando su corriente
de luz, de amor, de sangre en desvarío.
Ahora, brisa en la brisa. Seda suave.
Ahora, puerta plegada, frágil llave.
Muro de luz. Leve, sellado, ileso.
Luego, fronda de Dios y sima mía.
Ahora. Luego. Por tanto. Sí, por eso
deseada y sin sombra todavía.
POESIA 3
A LA INMENSA MAYORÍA
Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre
aquel que amó, vivió, murió por dentro
y un buen día bajó a la calle: entonces
comprendió: y rompió todos su versos.
Así es, así fue. Salió una noche
echando espuma por los ojos, ebrio
de amor, huyendo sin saber adónde:
a donde el aire no apestase a muerto.
Tiendas de paz, brizados pabellones,
eran sus brazos, como llama al viento;
olas de sangre contra el pecho, enormes
olas de odio, ved, por todo el cuerpo.
¡Aquí! ¡Llegad! ¡Ay! Ángeles atroces
en vuelo horizontal cruzan el cielo;
horribles peces de metal recorren
las espaldas del mar, de puerto a puerto.
Yo doy todos mis versos por un hombre
en paz. Aquí tenéis, en carne y hueso,
mi última voluntad. Bilbao, a once
de abril, cincuenta y uno.
POESÍA 4
Poema Canción Cinco de Blas de Otero
Por los puentes de Zamora,
sola y lenta, iba mi alma.
No por el puente de hierro,
el de piedra es el que amaba.
A ratos miraba al cielo,
a ratos miraba al agua.
Por los puentes de Zamora,
sola y lenta, iba mi alma.
sola y lenta, iba mi alma.
No por el puente de hierro,
el de piedra es el que amaba.
A ratos miraba al cielo,
Por los puentes de Zamora,
sola y lenta, iba mi alma.
POESÍA 5
Besas como si fueses a comerme.
Besas besos de mar, a dentelladas.
Las manos en mis sienes y abismadas
nuestras miradas. Yo, sin lucha, inerme,
Besas besos de mar, a dentelladas.
Las manos en mis sienes y abismadas
nuestras miradas. Yo, sin lucha, inerme,
me declaro vencido, si vencerme
es ver en ti mis manos maniatadas.
Besas besos de Dios. A bocanadas
bebes mi vida. Sorbes. Sin dolerme,
es ver en ti mis manos maniatadas.
Besas besos de Dios. A bocanadas
bebes mi vida. Sorbes. Sin dolerme,
tiras de mi raíz, subes mi muerte
a flor de labio. Y luego, mimadora,
la brisas y la rozas con tu beso.
a flor de labio. Y luego, mimadora,
la brisas y la rozas con tu beso.
Oh Dios, oh Dios, oh Dios, si para verte
bastara un beso, un beso que se llora
después, porque, ¡oh, por qué!, no basta eso.
bastara un beso, un beso que se llora
después, porque, ¡oh, por qué!, no basta eso.
POESÍA 6
DIGO VIVIR
Porque vivir se ha puesto al rojo vivo.
(Siempre la sangre, oh Dios, fue colorada.)
Digo vivir, vivir como si nada
hubiese de quedar de lo que escribo.
Porque escribir es viento fugitivo,
y publicar, columna arrinconada.
Digo vivir, vivir a pulso, airada-
mente morir, citar desde el estribo.
Vuelvo a la vida con mi muerte al hombro,
abominando cuanto he escrito: escombro
del hombre aquel que fui cuando callaba.
Ahora vuelvo a mi ser, torno a mi obra
más inmortal: aquella fiesta brava
del vivir y el morir. Lo demás sobra.
(Siempre la sangre, oh Dios, fue colorada.)
Digo vivir, vivir como si nada
hubiese de quedar de lo que escribo.
Porque escribir es viento fugitivo,
y publicar, columna arrinconada.
Digo vivir, vivir a pulso, airada-
mente morir, citar desde el estribo.
Vuelvo a la vida con mi muerte al hombro,
abominando cuanto he escrito: escombro
del hombre aquel que fui cuando callaba.
Ahora vuelvo a mi ser, torno a mi obra
más inmortal: aquella fiesta brava
del vivir y el morir. Lo demás sobra.
Aquí estan las poesías de BLAS DE OTERO que recité ayer en mi programa LA VIDA ES POESÍA, y podéis votar por vuestra favorita, un punto tiene la poesía CANCIÓN CINCO, ya que votarón en directo, ánimo participar durante esta semana y votar por vuestra favorita, por nuestro facebook de TULAR IRRATIA
http://www.facebook.com/pages/tular-irratia/172127266188095?ref=ts ahí esta puesta la pregunta y las seis opciones.