Tanto elevarme caigo entre notas,
congeladas entre cristales de un deseo
ese que me agota al pensar que estas lejos.
De tanto pensarte se me inunda el alma
de infinitas gotas de lágrimas,
¡Sobrevivo en silencio!,
¡Agonizo por querer conocer tus besos!,
¡Detén este dolor!
y hazme sentir la infinidad de lo eterno.
Autora; Marisa Femia Avila