Esencia encadenada en el alma,
que contempla el ocaso de una lápida
latente entre el hueco de una clara luz,
que se abre entre la esférica vida
y el crepúsculo duerme en los pies de la muerte
que respera entre inolvidables momentos,
agitados, recordados en silencio.
En la eterna gloria se despierta
la inagotable paz que vuela
entre las nubes de un aroma,
que contempla la feliz tormenta,
que se aleja y se acerca de una estrella,
la que vigila cada noche con una sonrisa
que despierta entre los sueños de un ángel desmedido
que protege tu pálpito
y suena cada día a calma.
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