entre el palpitante sueño.
El silencio goza de la efímera sombra
que inerte tropieza entre el suspiro,
suspiro breve pero eterno
que despierta entre el rugir
de un eco que transpasa
el momento de una vida.
El silencio es pequeño pero eterno,
se escapa entre montañas y lagunas,
entre la figura de una voz callada,
la que se siente cuando se respira.
Silencio y grito,
grito y silencio
complementan mi existencia
cada vez que siento
que el viento me mira
entre la fuerza de su silencio,
me arrastra entre sus manos
y me lleva a ese mundo
que grita entre el mágico soplo de un recuerdo,
un recuerdo soñado
entre mi profundo silencio
que habla al susurrarme
y me despierta de su infinita luminosidad.
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